Page 325 - Antologia_2017
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JORGE LUIS LINARES MARTÍNEZ
David les dice que se callen con una seña y agarra camino hacia
el bosque.
Los niños se miran extrañados y siguen marchando.
4. Ext. Zona boscosa. Tarde.
David camina un sendero hosco entre tierra, espinas y matorrales.
Los rayos del sol se filtran entre los árboles y le dan en la cara.
David suda, saca un machete corto del morral y golpea decidida-
mente el último tramo de ramas secas del camino.
Al salir suspira y mira aliviado el río que tiene delante.
Se limpia el sudor, respira agitado.
Mete una mano al río y bebe.
El agua se le escurre por los cachetes.
Se limpia con una manga de la chamarra y escucha a lo lejos el
rumor de una guitarra desafinada.
Se seca rápido las manos.
Toma de su cadera un revólver calibre 22.
Checa el barril, corrobora que tiene balas y bordea el río en direc-
ción al sonido que crece.
David corta cartucho y toma con ambas manos la pistola. Apunta
hacia adelante y camina con sigilo entre los árboles.
5. Ext. Orilla del río. Tarde.
David aparta con cuidado los últimos arbustos que hay entre él y
un niño con guitarra a la orilla del río.
Al verlo entre las ramas suspira aliviado.
Baja la pistola, sonríe y avanza.
EL Armadillo (12 años) gordito, bajito, moreno y mugroso, toca
y canta sin mucha precisión y con mucho sentimiento el coro de
una balada romántica.
David se acerca definitivamente, se sienta junto a él y ríe discreta-
mente.
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