Page 77 - Antologia Jóvenes Creadores Primer Periodo 2014-2015
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Giorgio Lavezzaro

                        kintsukuroi
                 o elogio de la cicatriz

                       Serie: elogio de la cicatriz

corpórea

Mi cuerpo cuenta con pocas cicatrices. De cada marca extraigo me-
morias vívidas. No hay una sola que me haga dudar sobre su pro­
cedencia. La operación en la muñeca. Caer sobre la rodilla en un
campamento. Raspones en los nudillos por un accidente en bicicleta.

    Todo lo que puede sajar la carne se graba en la memoria. De eso
dan cuenta mis marcas. Pero no soy objetivo porque mis cicatrices
son escasas y soy joven. No imagino cómo sería la relación con mi
cuerpo si estuviese lleno de marcas, si no fueran accidentes mínimos
y fuesen la textura de mi piel. ¿Podría recordar de cada una su ori-
gen? ¿Sería capaz de cubrir las cicatrices con una memoria precisa?

    Imagino que mientras más huellas se acumulan y pierden su ca-
rácter de excepción, es más fácil olvidar su origen. Pero contamos
con pocas marcas porque existe una tendencia a eludirlas aunque
sean inevitables. Varias de las medidas que se toman luego de un
accidente están destinadas a que no permanezca la huella de la ope-
ración o las marcas de las heridas al sanar; muchos de los productos
cosméticos que se anuncian prometen borrar las huellas indeseadas.

    ¿Qué hay en las marcas del cuerpo que se intenta no pensar en
ellas?1 Parece como si, en la cultura occidental, se miraran como

     1 Monica Mura cubrió las marcas de un cuerpo humano con oro, kintsugi aplicado
a la piel, para hacer brillar las viejas heridas, los lunares, los restos de enfermedad:

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