Page 401 - Antologia FONCA 2017_sp
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público tiene en sus manos un cuaderno de trabajo (al que se
hace alusión en el fragmento de la obra que se publica en esta
antología).
Nada siempre, todo nunca es una obra donde quizá lo más
importante es lo que no está escrito, las participaciones de las
actrices a las que se refiere en las acotaciones y las intervencio-
nes del público que son impredecibles, y que al momento de la
escenificación pueden llevar a la obra a terrenos insospechados.
Como se advierte, no es una dramaturgia tradicional y gene-
ra muchas interrogantes al lector. En su tono poético van escon-
didas grandes dosis de dolor y frustración. Mariana conoce el
mundo de las letras y además de cumplir con su regla de que en
el texto se incluyan palabras de otros (su mundo lo conforma
material de las aportaciones de los espectadores y de experien-
cias del colectivo), pone en juego su capacidad creativa y atina-
do manejo del lenguaje. Nos regala diálogos fluidos, con una
cadencia provocadora que nos catapulta a diversos estados de
ánimo.
Manuel Parra García. Madroños.
En la obra, un hombre de teatro mexicano viaja a Madrid y se
enfrenta desde su personalidad petulante a sus miedos, frustra-
ciones y obsesiones.
Manuel Parra, en Madroños, nos dibuja algún momento del
teatro realizado (quisiera escribir que se realizó) en México. Hay
en su texto un humor corrosivo. Su personaje protagónico, Chor-
bito, es antipático. El texto es una autopsia salvaje a una especie
de gente de teatro; a veces llegué a preguntarme si Manuel Parra
no hace una disección de su propio ser.
El uso de cierto vocabulario en Madroños corresponde al de
un emigrado que cree que usar ciertas palabras lo hace ciudadano
de un país que no es el suyo. Y es que Chorbito, es un ser que no
sabe qué es. Cree poder definirse y en su intento se nos muestra
como un pobre diablo que busca las respuestas a sus frustraciones
e incapacidad del otro lado del mar.
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