Page 404 - Antologia FONCA 2017_sp
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LUCILA CASTILLO

    yo no haya dicho lo que diré a continuación: quiero dejarles
    un regalo, su herencia. Sus padres, unos buenos para nada,
    no dejaron un solo peso. Si algo me preocupa es que al irme
    ustedes tengan un lugar para estar en paz, quiero la tranquili-
    dad de que tendrán un lugar cómodo, amplio y seguro para
    poder descansar aún cuando yo no esté.
Tomás: ¿Nos va a dejar la casa?
Filipina Hortensia: Dije un lugar para descansar, no un lugar
    para vivir, torpe.
Ronie: Entonces nos va a dejar una cama para dormir.
Filipina Hortensia: …Ronie, el año tiene trescientas sesenta y
    cinco noches para dormir, son bastantes. Un colchón sería un
    buen regalo, sin embargo, ¿cuántas noches tiene la eternidad?
Tomás: Millones.
Ronie: Muchísimas más.
Filipina Hortensia: Por eso, no hay mejor inversión que la que
    se hace para la eternidad. No me moriré tranquila si no les
    dejo un lugar en el cementerio. No creo que Tomás encuentre
    pareja, y Ronie es tan torpe que no me extrañaría que en unos
    dos años lo aplastara un carro. Así que aunque después de mi
    muerte sean unos fracasados y estén mendigando, tendré la
    tranquilidad de que contarán con un lugar digno para morir.
    Hay ofertas en el cementerio, a buena hora, un paquete de
    tres tumbas, una sobre otra, al precio de una. Una será para
    Tomás, otra para Ronie y otra más para mí.
Tomás: ¡Oh!… gracias abuela.
Ronie: No viviré solo dos años más, yo seré el primer hombre
    eterno en el mundo.
Filipina Hortensia: Cállate la boca con esa tontería, me ma-
    reas. Bien, vámonos a misa.
Tomás: Este...
Filipina Hortensia: ¿Qué?
Tomás: ¿Cuánto tiempo faltará para que yo muera?
Filipina Hortensia: No sé… unos tres años máximo.
Tomás: ¡Ah, bueno, ya me había asustado!
Ronie: ¿Por qué?

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