Page 104 - Antologia_2017
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ENSAYO CREATIVO

tes. Permanezco en línea y abierta. Me siento un aparato en stand-by.
Tecleo y conecto cosas a la máquina para entrar en contacto con
ella: ensayo las dimensiones de mi cuerpo tecnológico. Prendo un
cigarro y fumo.

    La bala se une magnéticamente al cargador: los polos positivos
y negativos se unen entre sí. Pienso en mis tetas y en las de ella
cuando cogemos. Hay un poema de principios de siglo xx que
compara la unión de los pezones de dos mujeres con la embestida
violenta entre pitones. Se arrojan los resultados de mi búsqueda:
203 millones en 0.59 segundos. Las comparaciones del sexo con
la naturaleza no me prenden, se repiten todo el tiempo; en cambio, la
lista en mi pantalla da un sinfín de posibilidades. Entro a la cuarta
opción: el Tumblr del colectivo pornográfico post-op. En el sitio
reproduzco un video llamado “Fantasía postnuklear”. El escenario
es una fábrica de zapatos okupada en Hospitalet, Barcelona. Apa-
rece alguien con unas tetas inflables de plástico. Cualquier signo
de sexualidad es simulado por objetos adheridos a los personajes.
Trae puestos unos guantes largos de caucho, va a tratar con mate-
riales peligrosos. Con una bomba mecánica llena de aire una mu-
ñeca también inflable. Por fin, ella está en línea en WhatsApp Web.
Recuerdo sus pezones. Cuando los chupo crecen como si fueran
jalados por campos magnéticos.

    El tiempo en la laptop es un flujo que desagua por mi entrepier-
na. Fumo, veo el video y le escribo a ella. Le envío una foto mas-
turbándome. Desconecto la bala y la enciendo; le digo que la paso
por la vulva, que la sostengo sólo apretando mis labios, que el
vello púbico y la lubricación la mantienen pegada. Las interfaces
son mi piel digital. El personaje del video simula un orgasmo
mientras acciona unos botones en el centro de mando de la fábrica.
Yo también me estoy corriendo sobre el teclado. Se empieza a co-
ger a la muñeca inflable: tetas de plástico contra tetas de plástico.
Ella me escribe “Mójame la cara”. Recuerdo que cuando me abro
de piernas sobre su rostro y me fistea, mis corridas se resbalan has-
ta sus oídos.

    El sexo es una conexión, y excitarse, una manera de cargar ba-
terías. Su violencia está más cerca de una sobrecarga eléctrica o un
cortocircuito que de un encuentro de serpientes. El término post

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