Page 425 - Antologia FONCA 2017_sp

DRAMATURGIA

pequeño refugio del mundo exterior. Se sentían febriles pero
no abrían las ventanas. No salían de aquí. Cansados y sin es-
tar seguros de estar soñando, pensaban que lo que pudiera
estar allá afuera era mucho peor. Porque si las cosas estaban
así de mal bajo techo, la intemperie debía ser un campo de
batalla. Pensaban eso de noche, iluminados por la luz de la
puerta del refrigerador, que se quedó abierta para siempre en
medio del combate.
Me hubiera gustado decirles que en realidad todo es mucho
más simple y que van a estar bien a pesar de los finales. Gra-
cias a los finales. Que habrá que mirar los escombros y en-
tender que las ruinas son la casa. Que así ya nadie puede
derrumbarla. Que a pedazos la casa puede estar en todas
partes. Y entonces salir a caminar sobre la tierra tibia. Para
volver a sentirse cobijados sin muros y sin techumbre, res-
guardados para siempre en cualquier lugar.

La botarga en forma de casa abre sus puertas, al interior de sus
muros un mundo reverdece.

Se pone de pie, retira el jardín que ha crecido en la espalda de
acotaciones. Toma el micrófono y lo pone en manos de la actriz.

Acotaciones: Peinar. Correr. Bailar. Acciones simples. Verbos
modestos. Momentos en los que el tiempo se detiene para dar
paso a la eternidad. Tenemos la sensación constante de que
algo se nos ha olvidado, pero lo que se nos ha olvidado somos
nosotros mismos.

Imaginé que sería más divertido estar en el fin del mundo.
Aburridos recorremos el supermercado local. Carne y salchi-
chonería. Los pasillos del súper sacan a la psicópata en mí.
La catástrofe se ha vuelto nuestro estado cotidiano.

Si el tiempo no es nuestro porque nos lo han robado, habrá
que tomar por asalto el ocio. Recordar que se puede perder
todo y volver a empezar. Porque la catástrofe somos nosotros,
que sabemos que preferimos otra cosa. Que aplazamos el de-
seo acumulando decepciones.

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