Page 109 - Antologia Jóvenes Creadores Primer Periodo 2014-2015
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alan grabinsky zabludovsky
El lenguaje es un contenedor de historia; las diásporas son
máquinas del tiempo. Un mes después de la visita al museo hubo
una fiesta en el recinto; luces de colores, música a todo volumen,
no se podía caminar, el lugar estaba repleto. No podíamos creerlo:
toda una comunidad. Como si hubieran estado escondidos debajo
del suelo.
Helicópteros sobre la ciudad. Gente haciendo discursos, gritando,
repartiendo panfletos. Camionetas con bocinas rebotando himnos
por las calles. Twitter y Youtube bloqueados. Nuestro edificio cu-
bierto de blanco. Comezón en nuestras narices. Abajo, los mani-
festantes pasaban en grupos.
Huyendo.
Escrito en un Starbucks, en la ciudad de México:
De aquí a allá la gente yendo y viniendo […] los coches en la
lateral de Reforma. En una hora, miles y miles de personas pasan
por aquí para atravesar la ciudad. Las caras me son indiferentes,
igual que cada una de las partículas que existen entre yo y ellos. Su
flujo, igual de entrópico que el del gas butano. Einstein se hubiera
dado un tiro si tuviera que explicar los diferentes tiempos/espacios
que coexisten en la ciudad.
Por ejemplo: el tiempo/espacio de adentro de un coche en el
tráfico, con la música sintonizando a un señor en una cabina a ki
lómetros de distancia, los minutos “para llegar a” y los que “lleva-
mos de”.
En comparación con el limpiavidrios, con su ritmo de vida re-
gido por los cambios de verde a rojo a verde en el semáforo de la
ciudad. Comparemos estas dos variables con una tercera: el ofici-
nista de esa cuadra, esperando pacientemente a que dé la hora de la
comida para poder interactuar con la ciudad.
De repente, el metro: quince mil millones de planos diferen-
tes regidos por el tiempo de las paradas, aunque de quince mil
millones de formas diferentes. Pasa, dos segundos, no más.
No se necesita de un mar que corte por en medio. Toda ciudad
es una intersección de flujos.
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