Page 104 - Antologia Jóvenes Creadores Primer Periodo 2014-2015
P. 104
ensayo creativo
En la pared, camino al baño de Istanbul Modern, hay recortes de
The New York Times sobre el nuevo cosmopolitismo turco y el posi
cionamiento del museo en los circuitos de arte europeos. Las ex-
tensas biografías de los artistas en las galerías cuentan siempre el
mismo cuento: “salió de Estambul, tuvo una estadía de equis años
en París (o Berlín) donde conoció a otro, y juntos regresaron para
fundar un taller de arte moderno”. Pero Turquía ha sido rechazada
por la Unión Europea como miembro. Si lo fuera, Estambul —con
sus 17 millones de musulmanes— sería la ciudad más grande del
continente entero. Como para expiarse su culpa la Unión Europea le
otorgó a la urbe el reconocimiento de “Capital Europea de la Cul
tura” y así mantuvo vivo —y lejano— el sueño europeo.
El primer día el encargado de nuestro hostal nos mostró unos videos.
En uno, un pálido corresponsal de la bbc —vestido de pantalones
caqui y sombrero safari— atravesaba la ciudad cual estepa africana,
hablando sobre el origen de un imperio. En el otro, un Luis Miguel
italiano llamado Giann Carlo llegaba a la ciudad en velero.
—Por fin —decía desde la cubierta, el sol sobre su tez broncea-
da, la brisa despeinando su melena güera—, el final de nuestro re
corrido: Estambul, el ombligo del mundo entero.
—¿Y, qué van a hacer ahí? —nos dijeron familiares en Nueva
York, en Viena, en México. Algunos pensaban que nos motivaba una
especie de rebeldía adolescente. Y, en algún sentido, era cierto: un
atentado con bomba hace tres años; un primer ministro que juega
con el fundamentalismo; protestas masivas cada tres meses… no
era exactamente un lugar neutro.
Pasamos tres meses en la capital otomana; las calles empedra-
das, los edificios color crema, las gaviotas, los gatos. El sol pegaba
en nuestro cuarto durante la mañana. Se oían los gritos de gente
comprando muebles y utensilios viejos. Por las tardes yo c aminaba
por los malecones leyendo ladino, viendo el atardecer mientras la
gente se asoleaba y jugaba con los perros —una especie de flâneur,
versión “nuevo milenio”.
La primera noche me desperté antes de tiempo. El olor del mar en
traba por la ventana: a través del vidrio podía ver un grupo de gavio-
104