Page 389 - Antologia_2017
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DAVID EUDAVE

María desaparece.

Malinalli: María, ¿por qué estoy aquí? ¿María? ¿Por qué ha de
    ser, wey?, me dice la Mary. Y no me digas María, pinche Mali,
    si ya sabes que me choca. ¿Qué pasó?, le digo. No manches
    que no te acuerdas. Yo nomás me encojo de hombros. ¿Serio?
    ¡Me asustaste un buen, pinche Mali! Después de la guacarea-
    da… ¿sí te acuerdas que guacareaste, no? Te quedaste como
    ida mirando a la lomita, como si se te hubiera aparecido la
    virgencita, wey. ¡No manches! Yo nomás me río. Jajaja. ¿Qué
    estabas viendo, mana? Nada… le digo, sabe…

Once

María: No lo hice queriendo. No lo hice. Pasó. No sé cómo. No
    recuerdo. Yo no estaba. Estaba, pero no completa. Estaba muy
    cansada. Fue un día especialmente duro. Desde que nació mi
    hijo, con los ojos claros, la señora me empezó a tratar distinto.
    La entiendo, pero a quien debía tratar distinto era al señor. Yo
    no… tuve nada que ver. India ofrecida… pero me decía así:
    india ofrecida, simia. Sus amigas se reían. Ese día estaban va-
    rias señoras y todo el día fue de india, simia, María, trae esto,
    ahora llévatelo, otra vez tráelo, llévatelo y otra vez y otra vez
    y otra vez. A ver, enséñanos las tetas. “¿Veis? Es una simia.
    Prieta. No te dé vergüenza, María, eres una simia, los anima-
    les pueden estar desnudos. Qué asco dan tus tetas prietas, tus
    pezones tan grandes, tan negros. Tus tetas llenas de venas ver-
    des y de rayas blancas. Deformes” … Y luego, ya en la noche,
    llegó el señor. “Calienta agua, María”. Yo ya sé lo que signifi-
    ca “calienta agua, María”. “Dime, María, ¿todos vosotros sois
    iguales? ¿De dónde os sale el orgullo? No lo entiendo. Si na-
    cisteis para bajar la cabeza, ¿por qué claváis los ojos? ¡No me
    mires! ¡Te estoy diciendo!... ¿Te lavaste, María?” Sí, señor.
    “Ven, lávate otra vez”… Cuando llegué con el niño ya estaba
    muy cansada. Pero estaba llorando de hambre. “¿Qué no lo
    escuchas, María?” Sí, lo escucho, ya voy. Se prendió a mi chi-

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