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ENSAYO CREATIVO
tas se cierran después de varios intentos y dan forma por fin a la
multitud rábica. El tren se marcha con él adentro; puedo imaginar
en él una mueca apenas triste. Entonces pienso en un travesti me-
lancólico de Pedro Lemebel cuando reclama a su amado, ¿te fijas
que algo se va cuando dejas de mirarme? El último vagón no ter-
mina de llegar y ya parte. Me abruma la melancolía de un en-
cuentro frustrado, adolezco la falta de su tacto y el deseo insatis-
fecho. Con dificultad, logro acomodarme en el siguiente tren. Me
recargo en la pared que marca el límite del metro con las vías; el
vagón se encuentra repleto e intuyo que, a mi lado, un adolescen-
te delgado y moreno frota intensamente el miembro de un tipo
que le dobla la edad. A mi espalda, el vacío se engrandece, la ve-
locidad alarga un abismo en horizontal. En la siguiente estación
espera el muchacho de cabello largo: ha descendido para encon-
trarse conmigo. Se acomoda a mi lado, su axila roza mis mejillas,
nuestros cuerpos se exploran mientras el metro sigue el recorrido
de siempre.
cuatro
De noche, la ciudad brinda una ilusión de amplitud, la penumbra
borra los límites del espacio y una caminata cualquiera se con-
vierte fácilmente en deriva. La geografía nocturna de la urbe es
distinta, así como las posibilidades de paseo que ofrece. Hay po-
cas razones que expliquen, por ejemplo, por qué recorro un terre-
no medio desolado de Ciudad Universitaria cuando el sol se ha
ocultado y la ciudad comienza a sentirse aletargada. Pero no soy
el único, un grupo fluctuante de hombres deambula cada noche
por el mismo espacio buscando satisfacer el ansia de encuentro.
En la ciudad de noche, abundan estos lugares que se debaten en-
tre el arrojo y la clandestinidad, lo privado y lo público, lo escon-
dido y lo evidente. Los encuentros sexuales mancillan los sitios
que creíamos inocentes: un parque, un estacionamiento, una tienda
departamental, una biblioteca, un campus universitario. Rec orrid o
con perversión o deseo, cualquier espacio vacío, solitario o medio
oscuro de la ciudad, adquiere una infinita posibilidad sexual. El
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