Page 99 - Antologia FONCA 2017_sp

Saúl Sánchez Lovera

Transportes

uno

Escribo desde el asiento del pasajero de un automóvil de gama
media que no avanza. El calor se siente en la boca, produce se-
quedad y una náusea ligera. No se trata propiamente de una posi-
ción geográfica –en realidad escribo desde un café de Coyoacán
repleto de turistas y contadores freelance–, sino ontológica. Mi
ser en el mundo se encuentra permanentemente situado en un
atasco vehicular de viernes en la Ciudad de México: desde aquel
cautiverio veo y soy visto. La elección no es fortuita, sino que es-
cribo desde mi infancia, su sitio paradigmático: la parte trasera
de un sedán azul metálico atrapado en el tráfico y conducido por
Ramón Elvira, un hombre de manos anchas que acaparan el vo-
lante, moreno y simpático que mis padres contrataron para trans-
portarme por esta metrópoli gris y en pasmo constante.

Ramón pasaba por mí a la escuela, hacía fila detrás de un ejér-
cito de nanas uniformadas y otros choferes que, como él, ocupa-
ban la mayor parte de su tiempo laboral trasladando mocosos
malcriados a sus actividades vespertinas. Natación, karate, fut-
bol, patinaje de velocidad sobre ruedas o eventuales citas de una
hora con el psicólogo infantil. Nuestros padres siempre estaban
ocupados, y cuando ocasionalmente suplantaban aquel rol las co-
sas no marchaban bien. Mi madre, por ejemplo, siempre tomaba
una ruta equivocada y se enfurecía ante el abrumador tráfico de
la tarde. Por el contrario, Ramón ideaba varias posibilidades para
un mismo trayecto; caminos desprovistos de semáforos y con un

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