Page 20 - Antologia Jóvenes Creadores Primer Periodo 2014-2015
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cuento
sabían mucho más, pues la señora era muy reservada y no parecía
importarle demasiado la niña, ya que a menudo notaba que la pe-
queña rondaba sola hasta el anochecer.
Durante las tardes que se paseaba frente a su casa, la contem-
plaba con deleite cada segundo. Uno de esos días, al regresar de la
facultad, la encontró sentada en su jardín, con una muñeca sin un
brazo y el cabello mal cortado. Sin pensarlo, la invitó a pasar a su
casa con el pretexto de mostrarle su colección. Fue una de muchas
tardes que pasarían juntas jugando con ellas, vistiéndolas y recrean-
do situaciones diversas que imitaban la vida real. Incluso le regaló
algunas con la condición de que no dejara de visitarla. Aquella niña
era encantadora, además, porque llegaba como partía, sola. Nunca
mencionaba a persona alguna durante sus visitas. Su madre siem-
pre se mantuvo al margen de aquella amistad y jamás puso un pie
dentro ni fuera de la casa.
Las muñecas se habían convertido en un vínculo con lo único
preciado en su vida. Aquellos objetos representaban mucho más de
lo evidente. En ocasiones, tomaba las pequeñas manos plásticas y
las dirigía a su entrepierna, frotando sus labios y clítoris con ellas.
Después lo hacía con sus rostros, y no dejaba de mirarlas a los ojos
al tiempo que el ansiado orgasmo llegaba.
Una noche, buscando sitios en internet donde vendieran muñe-
cas de tamaño real, de algún material mucho más suave que el plás
tico o la madera y que tuvieran articulaciones realistas, navegó
durante horas hasta que llegó a ciertas páginas ilícitas.
No tardó en encontrar a las Lolita slave toy: en el Este de Euro
pa, en países en constante crisis social por conflictos bélicos, niñas
menores de diez años de edad eran convertidas en esclavas sexua-
les de juguete y vendidas al mejor postor. Los problemas legales
de cualquier tipo se evadían con un pacto monetario entre los fa-
bricantes y un orfanato, y llegaban a venderlas hasta por cuarenta
mil dólares. Eran sometidas a diversos procedimientos que asegu-
raran su eficacia, como la extirpación de las cuerdas vocales y las
piezas dentales o la amputación de antebrazos y antepiernas, pos-
teriormente sustituidos por prótesis plásticas perfectas. Su docilidad
se conseguía a través de un suministro constante de sedantes, y se
debían alimentar con regularidad a través de una mamila. Su ga-
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