Page 95 - Antologia_2017
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GERARDO LIMA MOLINA

naciones. Algunos tomaron la navaja, una pistola. Yo no tuve co-
raje. Dejé que me guiaran. Algún significado podría encontrar más
tarde, con el tiempo.

    No todos llegamos a Amarillo. Muchos se fueron a otros esta-
dos, al sur o al norte, daba igual. Hicieron sus vidas o se deshicieron
de ellas. Tomaron mañas, se inventaron otras. Casos de alc­ o­holismo
por supuesto que hubo, aunque no tantos como se esperaba. El fue-
go nos había tocado. Teníamos que lidiar con la desesperanza, y
ella, si no se toca lo suficiente, si no se pica con un azadón, se queda
quieta, acompañando a su anfitrión durante toda su vida.

    Dejé el ganado. Dejé Pueblo. Obtuve dinero del gobierno. Una
buena pensión, el seguro. Comencé otra vez. Pero, ¿es posible co-
menzar otra vez? Veo mis brazos, aún distingo las marcas. Los
peces de aquí, otra vez esa coloración. Y los recuerdos: mis ojos
quedaron dañados, venas rojas los cubren, como vetas de hierro, o
como las astas de un ciervo rojo.

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