Page 42 - Antologia Jóvenes Creadores Primer Periodo 2014-2015
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cuento
—¡Mierda! Es peor de lo que temía. Desde que hubo este boom,
ya nadie está a salvo de ser exotizado.
III
Atravesaron la ciudad con las ventanas abajo. El viento concedía
bofetones alquitranados, como presagio de un porvenir conturba-
dor. En el camino, Remy advirtió a un turista tomándole fotos a un
indio tirado a las puertas de la iglesia. Así que, bajo el supuesto de
que podía ser el asesino, se bajó del auto y con ímpetu volcánico
tacleó al hombre, quien resultó ser un pendejo inocente, como la
mayoría, reducidos a la indiferencia ante la avasallante perversi-
dad de lo cotidiano.
Llegaron al barrio Paraíso Tropical, un proyecto de desarrollo
urbanístico que consistía en veinte mil casas exactamente iguales,
asunto que provocó una demora de dos horas para dar con el domi
cilio. Lo paraíso: el aire acondicionado en la tienda de autoservicio.
Lo tropical: algunas palmeras dispersas y una alberca comunal que, a
esas instancias, se había transformado en urinario colectivo. De
pronto, a Buendía la ciudad le pareció un diorama realizado por
un ser insensible, sin imaginación.
Al cabo de olisquear un dejo de buganvilia, con un ligero toque
de lavanda y romero, dieron con el otro cadáver, a la puerta de una
casa. Éste, a diferencia del anterior, había sido decapitado. A su al
rededor murmuraba una docena de mujeres.
—¿Qué está pasando aquí? —irrumpió Espinoza, intentando
dispersar a la chusma.
—Es que, señor, debe usted entender que…
—¿Entender qué? ¡Yo no entiendo nada! ¡Nunca he entendido
un carajo de nada! Y si lo hago, preferiría no hacerlo.
—Es que, ese hombre, usted no comprendería porque se le nota
que no cree en la magia, pero ese hombre es el decapitado más her
moso del mundo.
El decapitado, en efecto, era un cuerpo alto, fornido, e scultural,
como moldeado a mano por una ninfómana. Para ellas, había cierta
cualidad desproporcional en su belleza, les pareció un ser angelizado.
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