Page 20 - Antologia FONCA 2017_sp
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MANUEL DEL CALLEJO
Finn: Les emborrachamos, fingiendo que bebíamos la misma
cantidad que ellas. Y… cuando Esther se quedó dormida, o al
menos fingió hacerlo, tú dijiste que afuera hacía una noche
hermosa, que por qué no salíamos a ver el gran lago…
Sam: (Rechinando los dientes.) Basta, Finn. No quiero oír una pa-
labra más.
Finn: Porque a pesar de que estoy consciente de mi responsabili-
dad en todo esto, quien hizo el primer movimiento fuiste tú.
(Sam no pudo ocultar el miedo en su rostro.) Tú le tomaste de
la cintura y le besaste… (Suelta un bufido.) Sabías que Jessica
estaba loca por ti, que Esther igual te adoraba, que ninguna
diría nada…
Sam: (Levantándose violentamente.) Se acabó.
Finn: (Antes de que el otro pudiera retirarse.) ¿Sabes cómo te re-
cuerdo? Encima de Jessica, con los pantalones abajo, retor-
ciéndote como si te acabara de alcanzar un rayo. No como
aquel chico simpático que fue mi mejor amigo, con quien ha-
cía los deberes y jugaba cada tarde. Esa imagen, a lo largo de
estos años…
Sam: (Enfrentándolo, poniendo sus caras a un palmo.) ¿Eso estás
buscando: recordarme cada detalle de ese día? ¿Joderme?
(Pausa.) ¿Qué es lo que quieres, Finn?
Silencio. En el extremo opuesto del restaurante, una mesera
pone tres platos sucios en una bandeja, acomoda sus alrededo
res, que son como un lugar recién deshabitado, y regresa pronto
a la cocina.
Finn: Está bien. (Impávido, un poco avergonzado.) Necesito tu
ayuda, Sam.
Sam: (Furioso, esforzándose por contener las palabras.) ¿Y de
veras creíste que la mejor manera de pedirla era esta escena?
¿Recriminándome? ¿Reviviendo este asunto?
Finn: Por favor. (Señala la silla al otro lado de la mesa.) Esto es
tan difícil para mí como para ti. (Pausa. Suspira.) Estoy en-
fermo, Sam. Es el páncreas. (Y ante el gesto severo del otro...)
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