Page 51 - Antologia Jóvenes Creadores Primer Periodo 2014-2015
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néstor robles
superficie. Primero despacio. Conforme pasaba el tiempo lo hacía con
más fuerza, y parecía que el espejo temblaba, formando olas como
cuando dejas caer una roca en el lago. Yo tocaba también, siguiendo
el juego. Tocar hasta reventar.
No hay peor depredador que el polvo
En el funeral del Walter me rogaron que dijera unas palabras. Al
principio me negué. Fueron tan insistentes, especialmente la Mag-
nolia, que no me pude negar. Traté de sonar lo más triste posible. No
tuve que esforzarme demasiado, triste lo estaba: siempre me han
deprimido los funerales. Cuando yo me muera no quiero que me
hagan nada de esto. Quiero que dejen mis huesos en una calle vacía.
—Él, además de mi compañero de trabajo, era mi amigo. Siem-
pre fue un hombre impaciente conmigo, pero igualmente estuvo
siempre ahí para darme palabras de aliento. Te voy a extrañar, ca-
marada, buen viaje donde quiera que vayas.
Eché un puño de tierra y toda la cosa.
La verdad es que sí me dolió su muerte, como me duele la de
todos, como me va a doler la propia cuando me llegue.
Magnolia la bonita se acercó a mí, sollozando.
—Gracias, Moncho, por tus bonitas palabras. Sé que le hubie-
ran gustado.
Me dio un beso en la mejilla y me abrazó, haciéndome sentir
esos pechos que tanto me volvían loco.
—A un amigo se le acompaña hasta la tumba. Cuenta conmigo
para lo que necesites, Magnolia, lo que sea, no dudes en llamarme.
La abracé de vuelta, tocándole la espalda, dándole roces de áni
mo con una mano, y con la otra cerca de la parte baja de la espalda,
casi en el nacimiento de sus nalgas, como indirecta de que si se lle-
gara a sentir sola sin el cabrón éste, me tenía a su disposición.
—Gracias —me dijo y se alejó contoneándose dentro de ese
vestido negro.
Me dejó manchas de rímel en la camisa. Para mí significó un
triunfo. Suspiré. Saludaba a cada amigo, cada miembro de la fami-
lia del Walter. No me importaban en absoluto; hacía tiempo para
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