Page 87 - Antologia FONCA 2017_sp

ENSAYO CREATIVO

de 1927, en los que durante una revuelta obrera la policía asesi-
nó a tiros y en plena calle al menos a noventa personas, y en los
que tomó parte, llevaron a Canetti a pensar el problema de cómo
un individuo puede perderse a sí mismo cuando se junta con otros
que comparten los mismos intereses. Ésta es la base de ese ensa-
yo largo que le llevó treinta y cinco años redactar. No hay indivi-
dualidad ni subjetividad en la masa: sólo moléculas anónimas.
La noción de individuo se desvanece al contacto con la experiencia
canettiana del amasijo de cuerpos: el sujeto no es sino un elemen-
to que se entrelaza a otros en una superestructura sin orden lógi-
co posible.

Canetti asistió a esa revuelta –como luego describirá en un
sinnúmero de textos–, y sucedió que entre todos los personajes
que poblaban las calles, el que más llamó su atención fue uno ri-
dículo y patético, que se llevaba las manos a la cara histéricamen-
te, mientras lamentaba la quema del Palacio de Justicia, con los
cadáveres de los obreros aun calientes sobre el pavimento a su
alrededor. Pese a que hay gente siendo asesinada, el individuo
que Canetti observa, y al que describe minuciosamente, sólo es
capaz de pensar en que los documentos se perderán entre las lla-
mas, y en el hecho de que después de la revuelta no quedará re-
gistro físico alguno del paso de la justicia por Viena. El personaje
que lamenta la quema de actas inspiró algunos rasgos de Brand,
el “Hombre-libro” protagonista de Auto de fe, quien decide pren-
der fuego a su biblioteca y a sí mismo, para borrar su huella sobre
la arena del mundo. Canetti lo declara así al final del segundo
tomo de su autobiografía: “de pronto empezó a saltar el llorón de
las actas, junto al Palacio de Justicia en llamas, y pensé que debe-
ría arder junto con todos sus libros”.

El tema de cómo un acta o documento oficializa una realidad
que puede o no ser cierta, también aparece en Trans-Atlántico de
Witold Gombrowicz, como un componente decisivo de la trama
ficcional –aunque el narrador pase por el episodio con algo de
prisa. El personaje principal –que lleva el mismo nombre que su
autor– se ve envuelto en los pormenores de un duelo a muerte,
cuando burócratas y compatriotas suyos deciden no eliminar lo
declarado en un libro de actas de la embajada polaca en Argenti-

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