Page 30 - Antologia Jóvenes Creadores Primer Periodo 2014-2015
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cuento
La gran enciclopedia
Asclepíades llevaba en verdad una vida de filósofo oculto. Pasaba
cada momento del día soñando con la gran enciclopedia del cono-
cimiento; veía cada volumen en su mente con toda claridad y, cuan
do cerraba los ojos, podía leer cada parágrafo escrito y las imágenes
que lo acompañaban.
Así fue como un día, mientras reflexionaba en silencio a un lado
de Aristóteles, se le aclaró la verdad. Volteó a ver al filósofo, tendi
do bajo el árbol, inerte y solitario. Con los ojos totalmente abiertos
veía el árbol desde abajo. En algún momento se había transforma-
do en una especie de ermitaño y su apariencia demacrada y sucia
reflejaba su ensimismamiento. Era él, Asclepíades, el aprendiz, el
que llevaba mucho tiempo haciendo las labores del maestro.
“Yo soy Aristóteles y ahora él ya es cualquier otro.”
A partir de ese día, dejó de predicar el mismo discurso anquilosa-
do que recitaba de memoria ante los discípulos más jóvenes y em-
pezó a transmitir sus propias ideas disfrazadas de ajenas. Semana
tras semana, los discípulos escribían sus apuntes; empezaban la gran
enciclopedia, inmersos en un engaño imposible de descubrir, pues
el maestro era solitario y sólo hablaba con Asclepíades. Los folios
se llenaban de los textos soñados por el ateniense y Aristóteles se
guía reposando cada día en el mismo árbol con los ojos entrecerra
do, guiando tratados cada vez menos propios; soñando, él también,
con la gran enciclopedia.
*
Quien haya trazado esas letras, lo hizo con especial afecto. Los mon
jes-copistas dedicaban gran parte de su día a llenar, con las manos
siempre en alto, los inmensos manuscritos. No es de extrañarse, en
tonces, la cantidad de omisiones, mezclas, sustituciones, duplicacio
nes e incluso disparates que pululan en los textos que, recorriendo
el puente del tiempo, nos han llegado. Si ni siquiera la reciente in
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