Page 127 - Antologia FONCA 2017_sp
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NOVELA
¿Qué te pasa, bebé?
Me duele la espalda.
Siempre te duele la espalda.
Sí, porque estoy chueca.
¿Estás segura de que no es un dolor fantasma y que tu cuerpo
no está sintiendo dolor sino recordándolo?
¿Neta, me estás diciendo que mi dolor es imaginario?
Mi araña tejió una tela errática, asimétrica. No sé si para contra-
rrestar el viento otoñal de Sawmill, que cada vez arrecia más y
arranca las hojas –ahora amarillas– de los olmos.
La miro trabajar: va, regresa, deja huecos, se detiene a medio
camino, teje y reteje un mismo punto. Exactamente así se mueven
mis recuerdos al tratar de invocarlos.
Hoy me inyectaron en la columna –cuatro veces– para aliviar el
dolor. Tengo escoliosis: otro subproducto del acortamiento de mi
pierna. No sé si funcionó. Sentada aquí todavía siento la tirantez
en la espalda. Ese dolor sordo y difícil de ubicar.
Enséñame dónde te duele, me preguntó esta mañana el doctor.
Y yo me toqué varias partes de la espalda sin encontrar el epicen-
tro. Aquí, dije por decir algo. Y él hizo un gesto de incredulidad.
No tiene sentido que te duela ahí, dijo y presionó otra parte de mi
columna. ¿Estás segura de que no es aquí? Yo asentí rápidamen-
te. Sí, ahí.
Voy a operarme otra vez. No me importa que todos reprueben
la idea. Quiero el dolor diáfano de los clavos atravesando mi tibia
derecha. No este dolor fuera de foco.
¿Quién escribió que su dolor es tan fiel, tan intrusivo, tan desver-
gonzado, tan entretenido y tan listo como un perro, y que se le
puede regañar y descargar el mal humor en él de la misma forma
como otros lo hacen con sus sirvientes o esposas?
¿Quién le puso Perro a su dolor?
11 de julio de 2011. Veintinueve años hoy. Pol me despertó con
“Las Mañanitas” y me entregó una caja enorme. Adentro había
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