Page 132 - Antologia FONCA 2017_sp
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ÚRSULA FUENTESBERAIN
El maestro me amarró la mano a la banca cuando entré a pri-
mero de primaria. La mano izquierda es del diablo, me dijo, y no
se movió de mi pupitre hasta que logré escribir mi nombre con
la mano derecha. Llegué a mi casa llorando y le pregunté a mi
mamá que si era cierto que zurda significa chueca. Al día siguien-
te me cambiaron al salón del único maestro que no era hermano
marista.
A pesar de que mi síndrome atrofia todo el hemisferio derecho
de mi cuerpo, no les guardo resentimientos ni a mi mano ni a mi
brazo derechos. Ni siquiera porque en segundo de secundaria re-
probé mecanografía. Mi mano derecha nunca logró teclear la se-
cuencia “ñ, l, k, j, h” y el maestro me tronó con cinco. Mi papá
me castigó todo el mes; pero yo ni me inmuté, me gustaba ese
único número rojo en la boleta de calificaciones poblada por nue-
ves y dieces.
Mi pierna derecha es otra historia. “La pierna derecha de la
oblicuidad”, #UnaHistoriaQueSeLlame.
Además de revistas viejas, lo único que hay para leer en la sala de
espera del consultorio de Svetlan es una novela titulada How to
Make an American Quilt. Hay sólo dos formas de lidiar con la
tragedia: evidenciarla u ocultar todos sus rastros, dice en una de
sus primeras páginas.
Me pareció un buen oráculo, sobre todo cuando regresé a mi
cuarto y vi que mi araña estaba ocupada tejiendo, como si ella
también hubiera leído lo que le dice la abuela del libro a su nieta
cuando discuten: Save your opinions for your quilt.
Rueca en inglés es spinning wheel. La definición que da el Wicke
dary de spinning me hace sonreír: moverse a contrarreloj, girar
en todas direcciones alejándose de la marcha fúnebre del patriar-
cado.
Hospital de Ortopedia, Traumatología y Columna de Sawmill
04/Nov/2015, 07:08 AM
Doctor: Svetlan Ilizarov
Paciente: Águeda Olazti
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