Page 184 - Antologia FONCA 2017_sp

GABRIEL VELÁZQUEZ TOLEDO

brocho la chamarra pues el clima, al filo del medio día, empieza a
ser más benigno. Mientras tanto ella se dirige a un viejo mueble
de madera que se encuentra replegado en una esquina justo al
lado de la ventana. Toma una botella y se sirve un poco de coñac
en una copa que saca del mismo lugar. Me señala una silla, y es
ahora ella quien con un gesto me invita a tomar asiento.

–¿Algo la hace pensar que esto tiene un trasfondo político?
–Me hace pensar que alguien se está aprovechando de los in-
dios, y que cualquier delincuente que piense en lastimar a los ciu-
dadanos de esta ciudad tiene que ser llamado a rendir cuentas por
su comportamiento.
–El presidente municipal culpa al obispo por la destrucción de
la estatua de Mazariegos. ¿Está usted de acuerdo?
–No sabría decirle. A veces el obispo da muestras de tener un
carácter difícil. Pero no hay que olvidar que es el líder de nuestra
Iglesia. Aunque sus sermones rayan en el absurdo.
–¿Por eso muchos creen que es… un rojo? –ella asiente, vién-
dome con desconfianza–. Incluso han escrito a Roma para pedir
que sea retirado, al parecer sin mucho éxito.
–Escúcheme joven, lo mandé llamar para que su periódico pu-
blique la verdad; no para que venga a hablarme del obispo.
–Muy bien, entonces esa verdad de la que habla es…
–Que alguien se está aprovechando de la situación.
–Pero no sabe bien quién, ¿no es así? El presidente municipal
acaba de anunciar que creará un Frente Único de Defensa Ciuda-
dana. Dígame, ¿contra qué tienen que defenderse?
–¿Pero usted está ciego? ¿No vio lo que ha pasado hoy? ¿Qué
clase de periodista es? Escúcheme bien, si don Mario ha propues-
to la creación de un frente para defendernos, nuestra asociación
lo apoya: él sabe mejor que nadie lo que dice. Además, no se
manda solo. Si tenemos que defendernos, vamos a defendernos.
No importa el precio.

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