Page 75 - Antologia FONCA 2017_sp

ENSAYO CREATIVO

restringir su trabajo, y no estaba dispuesta a hacer concesiones.
Definirse es limitarse. La negativa de Lispector frente a la pro­
fesionalidad es confirmación de las suposiciones que elaboró
Gombrowicz al respecto del poder que ejerce sobre uno la forma
en que otros nos conciben. En lo que refiere a cómo concebirse a
sí misma, Clarice Lispector se niega a ser deformada por la opi-
nión pública.

La visita fallida al ginecólogo aquella tarde hizo que algo en mí se
estremeciera. Podrá parecer un episodio nimio, pero siento que
causó verdaderos estragos. Nunca pensé que podría ponerse en
duda mi identidad en términos físicos; siempre he creído que es
clara y visible a todos. El pelo, el maquillaje, las faldas, las uñas, no
son gratuitos. Pero ahora que sucedió, me quedo pensando en la
figura del individuo como algo único e irrepetible —eso que nos
dicen a todos. ¿Qué pasa cuando lo que me distingue de los
demás, cuando lo que debe caracterizarme ante los ojos de otros,
se ausenta, como en el caso de la enfermera que me confundió
con un hombre? Mejor aún: ¿qué sucede cuando mi rasgo
distintivo está repetido en otrxs? No sólo pienso en mi imagen. Mi
nombre, por ejemplo. Sentí muchísima curiosidad, así que me
busqué en la red y encontré a más mujeres que se llaman igual
que yo. Entre otras: una directora de cine, una poeta española,
una asistente de migrantes en Suiza, dos amas de casa y una chica
adolescente —también existe una farmacia naturista que lleva
nuestro nombre.

No sólo con su vida confirmó Lispector el supuesto gombrowi-
cziano sobre la cuestión formal, también lo hizo con su obra. En
un extraño texto titulado “Perfil de los seres elegidos”, la brasile-
ña habla de un personaje que recibe por nombre, sin más, el de
ser; aunque a veces se transmuta por el de el elegido. El ser ele­
gido es austero, auténtico y feliz. Como tiene el don de la gracia
–el de agradar a la gente–, los demás fijan su mirada en él, y el
retrato que crean del sujeto elegido comienza a sustituirlo por to-
dos lados. El ser, por una cuestión de bondad, trata algunas veces
de imitar la fotografía, pero no consigue mantenerse a su altura.

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