Page 43 - Antologia_2017
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DANIEL MOSQUEDA
en las gotas y charcos por los faros. Las luces juegan con el ritmo
de la lluvia. Mi marcha se adapta a él, a la música que me aísla y
termina de envolverme en el ambiente onírico. Me siento en la
primera mesa de la terraza y pido un americano. La lluvia dismi-
nuye la intensidad y grupos de personas comienzan a aparecer.
Parejas cubiertas por impermeables, bajo el resguardo de para-
guas, que convierten a nuestra ciudad, en medio del desierto, en
una postal europea. Bastan unos minutos desde que el cielo se des
peja para que la capa más fina de lluvia en el suelo desaparezca. En
algunos surcos el agua se mantiene reflejando un cielo ahora azul.
El café aún no llega y el recuerdo de la primera lluvia del año per-
manecerá latente hasta la siguiente precipitación. En las páginas
del libro un sujeto pide un café mientras recuerda a un personaje
que aún no nos es revelado, del que sólo vemos sombras. El sol
comienza a meterse frente a mí, regalándome el atardecer com o
fondo de mi lectura. Una silueta camina en dirección a mí. Ad iv ino
un abrigo azul marino, una mascada en el cuello, zapatos bajos. La
luz directa me impide distinguir los detalles cuando se dispone a
cruzar la calle, cuando pasa por mi lado y sólo puedo sentir un
aroma que me transporta a otro tiempo. Una fragancia a frutas, a
flores, un toque ácido, árboles que se mecen por el viento, gente
que fluye en vaporosas siluetas a blanco y negro, el aroma a po-
liéster, al polvo que se acumula en las butacas del teatro, a reflec-
tores encendidos, a un amor que no pudo ser, a mantequilla.
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